GALLETAS SPRINGERLE
«Y la abracé, no con mis brazos.
La abracé con todo el tiempo
que la había extrañado.»
Felicidades mamá.
Este día siempre me sabe a ti.
Sabe a manos txikiiticas y regordetas llenas de margaritas.
Sabe a vestidos de nido de abeja, a palomitas, a rosquillas.
Sabe a rodillas coloreadas con mercromina.
Me sabe a tus brazos. A tus besos.
Me sabe a tu canción, nuestra canción.
Hoy como siempre, te traigo flores. Flores de las mejores.
Mami de mis…
Estas galletas, quizá unos de las más bonitas que existen, son para ti.
Te quiero mama. Hoy y siempre.
INGREDIENTES
Estas galletas de delicados relieves son originarias de Alemania y, gracias al proceso de secado de la masa, conservan sus preciosas formas, perfectamente tras el horneado.
La receta que comparto con vosotr@s es la de House on the hill.
Me gustaría que primero vierais su video. En él podréis ver como es el proceso de elaboración de la masa.
A continuación os explicaré, paso a paso, cómo hacerlas.
Deciros que he reducido la receta de la masa a la mitad porque la receta original me parecía demasiado grande.
Con estas cantidades, os saldrán unas 16-18 galletas grandes.
- 3 huevos L.
- 60 gr de mantequilla a temperatura ambiente.
- 375 gr de azúcar glas.
- 450 gr de harina normal y un poco más para trabajar la masa y dar forma a las galletas.
- 50 de harina de maíz.
- 1/4 cucharadita de bicarbonato de amonio o Hartshorn. Este ingrediente lo encontraréis en tiendas de repostería. Lo podríais sustituir por 1/2 cucharadita de levadura en polvo, no sería lo mismo, pero serviría.
- 1 cucharada de leche entera. Si usáis levadura, no hace falta.
- 1/4 de cucharadita de anís en pasta. Podéis usar también de aroma de limón.
- 1/4 cucharadita de sal.
- Molde de galletas Springerle. Podéis conseguirlos en tiendas de repostería como María Lunarillos o Cukiart. Son caros pero ¡son tan bonitos! El mío fue regalo de cumpleaños ;).
- Cortador de galletas.
Comenzaremos la receta mezclando el bicarbonato de amonio con la leche. Dejaremos reposar de 30 a 60 minutos.
Pondremos los huevos en el bol de la batidora y con el accesorio de varillas, batiremos durante 10-20 minutos a máxima velocidad. Veremos cómo aumentan de volumen.
Bajaremos la velocidad al mínimo y, poco a poco, iremos incorporando el azúcar glas.
Cuando esté totalmente incorporada, añadiremos la mantequilla poco a poco, hasta que esté completamente integrada.
Posteriormente, añadiremos la sal.
Incorporaremos ahora a la mezcla el bicarbonato de amonio disuelto. Batiremos.
Y después, añadiremos el aroma de anís.
Cambiaremos ahora las varillas de la batidora por la pala e iremos incorporando la harina a cucharadas hasta que la masa se despegue de las paredes.
Dejaremos reposar la masa en el frigorífico de 30 a 45 minutos.
Está masa debido al bicarbonato de amonio, no se puede consumir en crudo. Este problema desaparece con el horneado de las galletas.
Espolvorearemos la superficie de trabajo con harina y extenderemos la masa con un rodillo dándole un grosor de 1 cm.
Cogeremos el molde de las galletas.
Con un pincel, enharinaremos el molde, presionaremos uniformemente sobre la masa y levantaremos con cuidado. Veremos como queda impreso el dibujo en la masa. Al principio, puede que os cueste un poco, pero a medida que vayáis haciendo, le cogeréis el truco.
Posteriormente, cortaremos la galleta con el cortador.
A continuación, la colocaremos sobre una bandeja para que se seque.
Así, una a una.
Cuando tengamos todas las galletas preparadas, las dejaremos reposar, como mínimo, 24 horas al aire en un lugar fresco (15-18º C).
El secado de la masa es lo que hará que no pierda el dibujo con el horneado.
Sabréis que están listas si veis el surco de secado que queda tras el reposo. Mirar la foto.
Al día siguiente, precalentaremos el horno a 130º con calor arriba y abajo. Las hornearemos en bandeja sobre papel de horno.
Antes de introducirlas en el horno, pasaremos nuestra mano humedecida ligeramente por la parte posterior de cada galleta. Esto hará que no se partan por arriba con el calor.
Si utilizáis moldes grandes,como el mío, necesitaréis de 20 a 25 minutos. Con moldes más pequeños, tendréis que reducir el tiempo.
Conviene sacrificar un par de galletas para calcular el tiempo de horneado. Si nos pasamos las galletas perderán ese blanco característico y se dorarán. Si nos quedamos cortos, se hundirán al sacarlas.
Las galletas aumentarán de volumen con el horneado y se dorará ligeramente la base cuando estén hechas.
Posteriormente, las sacaremos y las dejaremos enfriar sobre una rejilla.
¡¡No me digáis que no son preciosas!!
Estas galletas aguantan hasta 6 meses en cajas de metal. De hecho, su sabor va mejorando a medida que pasa el tiempo, sobre todo a partir de la cuarta semana de haberlas hecho. Tendréis que resistir la tentación de comeros alguna.
Podéis meterlas en bolsitas de celofán, cerrarlas con alguna cinta bonita y regalarlas a alguien especial. 😉
Animaros a hacerlas.
Yo me despido.
Hoy con una canción que va dedicada a la que para mí, es simplemente, la mejor.
Va por ti mami.
Un beso enorme,
Lu 🙂
https://youtu.be/mNU3aIJs88g
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8 Comments
Sil
5 junio, 2016 at 22:13
Preciosísimas ¡qué bonitas!, me ha gustado que se las dediques a tu mami.
Te han quedado perfectas.
¡Gracias por compartir la receta y el paso a paso!
Lu
10 junio, 2016 at 18:28
De nada guapísima y gracias por tus bonitas palabras
eva
11 mayo, 2016 at 12:10
Me encantan todas tus recetas, son espectaculares! ¿Has pensado en darte a conocer en alguna red social especializada? Hay una app que se llama Foodies Moveando y seguro que tendrías mucho éxito. Yo te voto! 🙂
Lu
11 mayo, 2016 at 19:22
Jjj! Graciaaaas
Rosana
9 mayo, 2016 at 23:02
Os puedo asegurar que son preciosas!!!! Tiernas, finas, elegantes!!!! Las mejores!!! Como tú Luci!!!!!
Eres increíble!!!!
No cambies nunca!!!!
Lu
11 mayo, 2016 at 19:22
🙂
esther
3 mayo, 2016 at 00:52
Que bonitas y tiernas Lu. Como tú.
Lu
3 mayo, 2016 at 15:11
☺️